Carlos Blanchard nos deleita de nuevo con una gran fotografía y su respectiva historia, desde ilovemyboard muchas gracias Carlos, enhorabuena por tan buen trabajo y que podamos seguir disfrutando de muchas mas como esta.
Rider : Staale Sandbech
Texto y foto de Carlos Blanchard :
Fue a principios de julio cuando Burn organizó un shoot en Folgefonna, para mí fue un placer unirme ya que se trata de un lugar especial, allí hice mi primer snowboard trip hace casi 8 años. Sin duda un recuerdo grato, además, las ganas de poder trabajar con riders de la talla de Staale Sandbech, Markku Koski, Matthieu Crepel o Kalle Ohlson entre otros era un gran aliciente, más aún si lo que esperábamos era una semana de buen tiempo, relax y buena acción en el salto que allí nos prepararon.
Realmente nada de eso pasó, o casi nada…. relax si que hubo bastante, acción, la que se pudo, buen tiempo…..nada de nada. Al principio, sabiendo que aquella zona es de meteorología inestable, había siempre expectativas de que, en cualquier momento, el tiempo cambiara a mejor, pero conforme pasaban los días, la cosa prometía cada vez menos y las esperanzas realmente decayeron para el grupo. Así que pasaron los días con numerosos intentos fallidos de poder hacer algo en el salto, el cual «sufría» cada vez más por la lluvia, el viento y los cambios de temperatura.
Eran ya los últimos días de la semana y estábamos ya en plan » a por todas», llegados a este punto, arriesgar parecía ser la mejor opción, así que en esta última sesión nos acompañó un helicóptero para las tomas aéreas. Por supuesto el tiempo nunca mejoró, pero seguimos adelante, y la sesión tuvo lugar bajo una fuerte lluvia, con el helicóptero volando constantemente muy bajo por encima nuestro, las motos de nieve subiendo a los riders, y ellos mismos haciendo de «motor» del grupo saltando y saltando. Todos demostraron un gran arrojo al estar trabajando en esas condiciones, y yo más de una vez me pregunté que hacía allí parado mojándome bajo la intensa lluvia, pero fue realmente interesante en todos los sentidos, ver a los chicos intentar casi lo imposible debido al tiempo, y aún así disfrutar de un salto que tanto les gustaba, el cual, pasó en ese último día a mejor vida, al igual que nosotros, que ya entonces pusimos rumbo a nuestras casa, en busca del buen tiempo y de un merecido descanso de verano.
